jueves, 19 de abril de 2018

Tú que sabes que te quiero

             Florentino Ulibarri

Señor, tú sabes que siempre te quise
y que te sigo queriendo; tú sabes que te quiero.
A pesar de mi soberbia y orgullo,
a pesar de mis miedos e infidelidades,
y de mis quejas permanentes,
tú sabes que te quiero.
A pesar del cansancio y abandono de tantos días,
a pesar de mi cabeza vacía y dura,
y de mi corazón de piedra, tú sabes que te quiero.
A pesar de que me cuesta adivinarte entre la gente,
a pesar de lo torpe que soy para verte vestido de pobre,
tú sabes que te quiero.
A pesar de mis dudas de fe, de mi vacilante esperanza,
y de mi amor posesivo, tú sabes que te quiero.
A pesar de las bravuconadas de algunos días
y de la apatía y desgana de otros,
a pesar de mis pies cansados, tú sabes que te quiero.
A pesar de mis entrañas yermas de mi rostro destemplado,
y de mis manos sucias, tú sabes que te quiero.
A pesar de que me cuesta quererme a mí mismo,
a pesar de que no siempre te entiendo,
a pesar de los líos que presiento, tú sabes que te quiero.
Yo te quiero, Señor, porque tú me quisiste primero
y no renegaste de mí a pesar de ser torpe y frágil.
Yo te quiero, Señor, porque siempre confías
en las posibilidades que tengo de ser, junto a ti,
aquí en mi puesto, servidor fraterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario