Seguramente,
todos habéis oído hablar del filósofo griego Diógenes, el Cínico. Célebre por
sus excentricidades. Un día fue al mercado. Colocó un puesto y encima de él
puso un letrero que decía: "se vende sabiduría ".
Un
griego que pasaba por allí cerca, oyó comentar el texto del letrero y se echó a
reír. Llamó a su criado y dándole tres duros le dijo entre carcajadas.
-
"Anda y dile a Diógenes que te venda tres duros de Sabiduría".
Así
lo hizo. Diógenes tomó los tres duros mientras le decía al criado:
-
"Dile a tu amo que en todo lo que haga mire al fin, que no vaya por la
vida a tontas y a locas. Que dé sentido a su vida”.
Al
amo le gustó tanto la sentencia que la hizo esculpir en oro en el dintel de la
puerta de su casa: "En todas las cosas, mira al fin".
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