Pescador en el Mar de Galilea,
luchador entre barcas y tempestades,
abrazaste a Jesús por vez primera
a orillas del Lago Tiberíades.
Por Apóstol primero te reclama,
trocando tu camino y tu destino,
al pasar de pescar peces con redes,
para hacerte pescador de las almas.
Bendice a tus fieles que te aman,
implorando con fe y devoción,
que veles y salves nuestras almas,
des alivio y consuelo a su dolor.
¡Salve Apóstol y mártir glorioso!,
entregaste tu vida en la cruz,
para darnos ejemplo de tu amor,
a la cruz donde murió Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario