Un
burro llegó a su casa muy contento, feliz y orgulloso...su madre le preguntó
- ¿por qué tan contento hijo?
-Madre, cargué a un tal Jesucristo y cuando
entramos a Jerusalem todos me decían VIVA, VIVA, SALVE...VIVA, VIVA... y me
lanzaban flores y ponían palmas de alfombra.
Su
madre le le dijo:
-Vuelve a la ciudad, pero esta vez no cargues a nadie.
Al
otro día, el burro fue a la ciudad... y cuando regresó a su casa, iba llorando y
muy triste.
-Madre, no puede ser, pasé desapercibido entre las personas, nadie
se fijó en mí, me echaron de la ciudad.
Su madre lo miró fijamente y le dijo:
-"Hijo, tú sin Jesús eres solo un burro"
MORALEJA:
Sin DIOS no somos nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario