lunes, 17 de agosto de 2020

A veces hay que esperar

                   José Mª Rodríguez Olaizola, sj 

A veces hay que esperar, 
porque las palabras tardan y la vida suspende su fluir. 
A veces hay que callar, 
porque las lágrimas hablan y no hay más que decir. 
A veces hay que anhelar, 
porque la realidad no basta y el presente no trae respuestas. 
A veces hay que creer, 
contra la evidencia y la rendición. 
A veces hay que buscar, 
justo en medio de la niebla, donde parece más ausente la luz. 
A veces hay que rezar 
aunque la única plegaria posible sea una interrogación. 
A veces hay que tener paciencia 
y sentarse junto a las losas, que no han de durar eternamente.

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