El Maestro soportó, pacientemente sentado, las quejas que una mujer tenía contra su marido.
Cuando ella concluyó, dijo:
- "Tu matrimonio sería más feliz, querida, si tú fueras una esposa mejor".
- "¿Y cómo puedo serlo?"
- "Renunciando a tus esfuerzos por intentar hacer de él un mejor marido".
Antes de cambiar a los demás, cambia tú. Limpia tu ventana para ver mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario