miércoles, 7 de septiembre de 2022

El camello sin cuerda

Estaba a punto de caer el sol y la caravana se preparó para pasar la noche en el desierto. El muchacho encargado de los camellos se acercó al guía y le dijo:
- Señor, tenemos un problema. Hay 20 camellos, pero solo tengo 19 cuerdas. ¿Cómo podemos solucionarlo?
El guía quiso tranquilizar al joven diciéndole:
- No te preocupes, los camellos no son muy listos. Acércate al que ha quedado suelto y haz como si lo atases. Verás que se quedará allí quieto, como si en realidad le hubieses puesto una cuerda alrededor del cuello y de las patas.
Siguió su consejo y, a la mañana siguiente, cuando la caravana volvió a ponerse en marcha, todos los camellos comenzaron a avanzar en fila. Todos, menos uno.
- Señor, hay uno de los animales que no quiere caminar esta mañana, le dijo el chico encargado de la manada al guía.
- ¿Es por casualidad, el que se quedó sin soga?, preguntó el guía
El joven sorprendido le respondió: Sí, ¿cómo lo sabe?, continuó extrañado el jovenzuelo.
- Ve y haz como que lo desatas, sino creerá que aún está trabado. Por eso no quiere caminar, le explicó el guía.
Acto seguido, el camello creyéndose desatado, echó a andar...

Lo mismo le pasa a mucha gente, son camellos atados sin cuerda, porque los límites no los impone la realidad, sino nuestras propias mentes y convicciones.

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