Seve Lázaro, sj
Sopla sobre ella. ¡Deprisa!
No dejes que se apague.
Mantén vivas sus cenizas,
aunque su llama no alumbre
todo lo que oscurece tu vida.
Déjala entrar y salir y que a su paso
desmantele el torrente de tus negatividades:
tu cólera, tu culpa, tu odio, tu hostilidad.
En la desesperación que te acose y asalte
será contrafuerte.
Y en el gozo que te visite
te llevará sobre ruedas.
Si caminas de su mano,
ella te enseñará a vivir sin prevenciones,
confiado en esa bondad última
que lo cubre todo y cuida de todos.
Si la buscas, la encontrarás,
su nombre es ALEGRÍA.
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