Cuando escuché tu nombre, mi corazón se estremecía.
Tú realmente eres el Dios del amor.
Todo nos lo recuerda, Dios, tú eres amor,
tú eres el amor amando y eres un amor que da la vida.
Cuántas veces, cuando el camino es arduo y el agua amarga,
te siento como ímpetu de amor.
Verdaderamente tu amor es sincero, realmente tu amor es veraz,
y eso nos conmueve, nos estremece, nos alegra el corazón.
Dios, tú eres amor, un amor infinito, capaz de transformar y hacer,
de nuestras vidas egoístas y nuestros corazones fríos,
el desbordarse de un amor apasionado y sencillo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario