miércoles, 2 de abril de 2025

Volveré a la casa del Padre

        Mari Patxi Ayerra

¡Hasta dónde llega tu amor, Dios nuestro!
Tú, Padre de todos nosotros, sales a nuestro encuentro,
aunque te hayamos fallado, nos recibes de nuevo
una y mil veces, nos esperas con los brazos abiertos
y nos entregas el anillo de tu confianza.
Nosotros, en cambio, nos ponemos furiosos,
cuando a otros nos parece que les tratas mejor,
nos quejamos de nuestra suerte 
y sentimos envidia de otros hermanos,
juzgando tu comportamiento amoroso e incondicional.
Y es que Tú, Padre, tienes un corazón blando,
al que nada le hiere, más que nuestro desamor,
al que sólo le preocupa nuestra felicidad,
y que sólo desea que nos amemos como hermanos.
Ayúdanos a no volvernos exigentes con nadie,
a pedir perdón por nuestros errores, con humildad,
a aceptar que otros tengan mejor suerte,
a sentir con el otro, a amarle desde el adentro,
a captar lo que vive y a tratarle como le tratas Tú.

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