a quien proclaman los ángeles a una voz, y digámosle con gozo:
Bendecid al Señor, todos sus ángeles.
Tú, Señor, que has dado órdenes a tus ángeles
para que nos guarden en nuestros caminos,
condúcenos hoy por tus sendas
y no permitas que caigamos en el pecado.
Haz que te busquemos a ti en todo lo que hagamos
y seamos así semejantes a los ángeles
que están viendo siempre tu rostro.
Concédenos, Señor, la pureza del alma
y la castidad del cuerpo,
para que seamos como tus ángeles en el cielo.
Manda, Señor, en ayuda de tu pueblo
al gran arcángel Miguel,
para que nos sintamos protegidos
en nuestras luchas contra Satanás y sus ángeles.
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