jueves, 28 de septiembre de 2017

Carrera de ranas

Era una vez una carrera de ranitas… El objetivo era alcanzar lo alto de un gran arbusto. Había en el lugar una gran multitud de espectadores. Mucha gente para apoyar y gritar por ellas…
Y comenzó la competición. Como los espectadores no creían que las ranitas de verdad pudieran alcanzar lo alto de aquel arbusto, lo que más se oía decir era:
– ¡Qué pena! Esas ranitas no lo van a lograr… No van a poder…
Y las ranitas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida en busca del logro. La multitud continuaba gritando:
– ¡Qué pena! No lo van a conseguir. Pobres, no van a poder…
Las ranitas seguían desistiendo una a una, menos aquella que continuaba tranquila cada vez más segura. Al final de la competición, todas desistieron, menos ella… La curiosidad se apoderó de todos, querían saber lo que había ocurrido.
Cuando fueron a preguntarle a la ranita cómo lo había conseguido, cómo había logrado hacer la prueba, descubrieron… ¡que la ranita era sorda!

Hay personas que son negativas y derrumban los deseos y las esperanzas de tu corazón. Recuerda que hay poder en nuestras palabras, por eso procura siempre ser positivo. Hazte el sordo cuando alguien te dice que no vas a poder ser capaz de alcanzar tu sueño. Una palabra de aliento para alguien que está pasando un mal momento puede reanimarlo y ayudarlo a seguir adelante. Una palabra destructiva puede ser lo único que se necesita para hundirlo.
Seamos cuidadosos con lo que decimos. Que tu boca siempre tenga una palabra de aliento con aquellos que se cruzan en tu camino.

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