por todas las personas humildes y limpias de corazón,
que se fían de Dios;
por las que comparten con misericordia
las lágrimas de los tristes y se duelen con las injusticias;
por las que tienen hambre de justicia y trabajan por la paz;
aunque sean incomprendidas y perseguidas.
Gracias, Señor,
porque crees en mis posibilidades de mejorar
y me llamas para que avance por el camino del Evangelio,
camino de la santidad.
Con la ayuda de la comunidad y la fuerza del Espíritu,
con el ejemplo de los santos y de tantas personas buenas,
crecerá mi amor a Ti y a cuantos me rodean.
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