Un hombre preguntó
a un sabio si debía quedarse con su esposa o su amante. El sabio tomó dos
flores en su mano, una rosa y un cactus y le preguntó al hombre:
- ¿Si yo te doy a escoger una flor cuál eliges?
El hombre sonrió y dijo:
- La rosa, es lógico.
A lo que el sabio respondió:
- A veces los hombres se dejan llevar por la belleza externa de lo mundano y eligen lo que brille más, lo que valga más, pero en esos placeres no está el amor. Yo me quedaría con el cactus, porque la rosa se marchita y muere, el cactus en cambio, sin importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas.
El hombre sonrió y dijo:
- La rosa, es lógico.
A lo que el sabio respondió:
- A veces los hombres se dejan llevar por la belleza externa de lo mundano y eligen lo que brille más, lo que valga más, pero en esos placeres no está el amor. Yo me quedaría con el cactus, porque la rosa se marchita y muere, el cactus en cambio, sin importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas.
Tu mujer conoce tus
defectos, tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y así está
contigo. Tu amante conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu
sonrisa, por eso está contigo. Ahora dime hombre, ¿con quién te quedarás?
No hay comentarios:
Publicar un comentario