En
tiempos cuando todo mundo andaba descalzo, un gran jefe indio, que tenía los
pies sensibles y el corazón insensato, sufría mucho al caminar sobre el suelo
lleno de tierra, piedras y ramas de su territorio. Después de haberlo pensado,
tomó una decisión.
Ordenó
a sus guerreros que cazaran a todos los bisontes del país para cubrir con sus pieles
toda la superficie de su territorio. ¡Quería cambiar el suelo, a costa de
exterminar a los bisontes!
El
pueblo se desconcertó. Un grupo de guerreros se reunió con el viejo y sabio
chamán de la tribu para pedirle consejo. El chamán les contestó:
-
“Aconsejadle al jefe cortar dos pequeños pedazos de piel de un bisonte para protegerse
sus pies. Así, adonde vaya no le molestarán sus pies…”
Así
nacieron los zapatos.
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