miércoles, 12 de mayo de 2021

La sopa de pato

Cierto día, un campesino fue a visitar a Nasrudín, atraído por la gran fama de éste y deseoso de ver de cerca al hombre más ilustre del país. Le llevó como regalo un magnífico pato.
El Mulá, muy honrado, invitó al hombre a cenar y pernoctar en su casa. Comieron una exquisita sopa preparada con el pato.
A la mañana siguiente, el campesino regresó a su campiña, feliz de haber pasado algunas horas con un personaje tan importante. Algunos días más tarde, los hijos de este campesino fueron a la ciudad y a su regreso pasaron por la casa de Nasrudín.
- Somos los hijos del hombre que le regaló un pato -se presentaron-.Fueron recibidos y agasajados con sopa de pato. Una semana después, dos jóvenes llamaron a la puerta del Mulá.
- ¿Quiénes son ustedes?
- Somos los vecinos del hombre que le regaló un pato.
El Mulá empezó a lamentar haber aceptado aquel pato. Sin embargo, puso buena cara al mal tiempo e invitó a sus huéspedes a comer.
A los ocho días, una familia completa pidió hospitalidad al Mulá.
- Y ustedes ¿quiénes son?
- Somos los vecinos de los vecinos del hombre que le regaló un pato.
Entonces el Mulá hizo como si se alegrara y los invito al comedor. Al cabo de un rato, apareció con una enorme sopera llena de agua caliente y llenó cuidadosamente los tazones de sus invitados. Después de probar el líquido, uno de ellos exclamó:
- Pero... ¿qué es esto, noble señor? ¡Por Alá que nunca habíamos visto una sopa tan desabrida!
Mulá Nasrudín se limitó a responder:
- Esta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto les ofrezco a ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos del hombre que me regaló el pato.

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