viernes, 21 de enero de 2022

El sol y la luna

Cuando el sol y la luna se encontraron por primera vez se enamoraron perdidamente y desde entonces comenzaron a vivir un gran amor.
El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio un toque final… ¡el brillo!
Dios decidió que el sol iluminaría el día y que la luna iluminaría la noche y por ese motivo estarían obligados a vivir separados.
A los dos les invadió una gran tristeza cuando se dieron cuenta que nunca más se encontrarían
La luna fue quedándose cada vez más triste. A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola. El sol, a su vez, había ganado un título de nobleza “Astro Rey” pero eso tampoco le hacía feliz.
Dios, viendo esto, los llamó y les explicó:
- Tú, luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás protagonista de hermosas poesías.
En cuanto a ti, sol, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y eso hará a las personas más felices.
La luna se puso más triste con ese destino y lloró amargamente. El sol, al verla tan triste, pensó que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido. Aun así, estaba tan preocupado, que decidió pedirle algo a Dios:
- Señor, ayúdale a la luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad…
Y Dios… en su gran compasión… creó las estrellas para hacer compañía a la bella luna.
La luna siempre que está triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy ambos viven así… separados, el sol finge que es feliz, y la luna no puede disimular su tristeza. El sol arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.
Dicen que la orden de Dios era que la luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró… porque es mujer y una mujer tiene fases… Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Luna y sol siguen su camino. Él solitario, pero fuerte y ella, acompañada de las estrellas, pero débil.
Los hombres intentan conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás ha conseguido traerla hasta la tierra, nadie realmente ha conseguido conquistarla por más que lo intentaron.
Pero Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese imposible, ni siquiera el de la luna y el sol… Fue en ese instante cuando Dios creó el Eclipse.
Hoy sol y luna viven esperando ese instante, esos momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta que sucedan.
Cuando mires al cielo, a partir de ahora y veas que el sol cubre a la luna es porque el sol se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. A ese acto de amor se le llamó Eclipse.
Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.
Ahora ya sabes… esta es la bella historia del sol y la hermosa luna, esa historia que fue capaz de erizar tu cuerpo al pensar en esa historia de amor…

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