sábado, 15 de octubre de 2022

La camisa y el carbón

Un día, un niño entró en su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto.
Su padre lo llamó, el niño siguió diciendo irritado:
- "¡Papá! ¡te juro que tengo mucha rabia!... Pedro no debió hacer eso conmigo; por eso, espero que todo le vaya mal! ¡lo odio!"
Su padre, un hombre muy sabio, escuchaba con calma a su hijo quien continuaba diciendo:
- "Imagínate que me humilló frente a mis amigos. ¡no acepto eso! Ojalá enferme para que no vaya más a la escuela".
El padre siguió escuchando; se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa de donde cogió un saco lleno de carbón que llevó hasta el final del jardín y le propuso a su hijo lo siguiente:
- "¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero?”
Hazte la idea de que es Pedro y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después volveré para ver como quedó."
El niño se lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones, pero como el tendedero estaba lejos, pocos carbones acertaron la camisa.
Cuando el padre regresó le preguntó:
- Hijo, ¿que tal te sientes?
- Cansado, ¡¡pero mejor papá!!... Mira, acerté algunos pedazos de carbón en la camisa.
El padre tomó al niño de la mano y le dijo:
- Ven conmigo, quiero mostrarte algo.
Lo colocó frente a un espejo en el que pudiera ver todo su cuerpo...
¡Qué susto! Estaba todo manchado y sólo se le veían los dientes y los ojos.
En ese momento el padre dijo:
- Hijo, como has podido observar, la camisa quedó un poco sucia, pero no es comparable con lo sucio que quedaste tú.

El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros.
Por más que quieras o puedas perturbar la vida de alguien con tus pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en ti.
- cuida tus pensamientos, porque se transforman en palabras...
- cuida tus palabras, porque se transforman en acciones...
- cuida tus acciones, porque se transforman en hábitos...
- cuida tus hábitos, porque moldean tu carácter.
- ¡¡y cuida tu carácter, porque de él dependerá tu destino!!

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