martes, 14 de marzo de 2023

Las pescadoras

Se trataba de un grupo de pescadoras. Después de concluida la faena, se pusieron en marcha hacia sus respectivas casas. El trayecto era largo y, cuando la noche comenzaba a caer, se desencadenó una violenta tormenta.
Llovía tan torrencialmente que era necesario guarecerse. Divisaron a lo lejos una casa y corrieron hacia ella. Llamaron a la puerta y les abrió una amable mujer, dueña de la casa que se dedicaba al cultivo y venta de flores. Al ver empapadas a las pescadoras, les ofreció una habitación para que pasaran allí la noche.
Era una amplia estancia donde había gran cantidad de cestas con hermosas y variadas flores, preparadas para ser vendidas al día siguiente.
Las pescadoras estaban agotadas y se pusieron a dormir. Sin embargo, no lograban conciliar el sueño y empezaron a quejarse del aroma de las flores:
-- ¡Qué peste! No hay quien soporte este olor. Así no hay quien pueda dormir.
Entonces una de ellas sugirió a sus compañeras:
-- No hay quien aguante este olor, amigas, y, si no ponemos remedio, no vamos a poder pegar un ojo. Coged las canastas de pescado y utilizadlas como almohada y así conseguiremos evitar este desagradable olor.
Las mujeres siguieron la sugerencia de su compañera. Cogieron las cestas malolientes de pescado y apoyaron las cabezas sobre ellas. Apenas había pasado un minuto y ya todas ellas dormían profundamente.

El Maestro dice: Por ignorancia y ausencia de entendimiento correcto, el ser humano se pierde en las apariencias y no percibe la realidad.

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