domingo, 8 de octubre de 2023

Noé, Satanás y la viña

Estaba Noé cuidando de su viña, cuando Satanás, poco satisfecho con aquel hombre justo, que había encontrado gracia ante Dios debido a su vida intachable y "poco común", con astucia, se acercó y le dijo:
- ¿Qué haces, buen hombre?
- Estoy cuidando de mi viña -respondió Noé.
- ¿Qué es una viña? -Preguntó nuevamente Satanás.
- Es una plantación de uvas. La uva es una fruta muy dulce, y tanto fresca como seca tiene un sabor exquisito... creo que también con ella podré hacer una bebida refrescante...
- ¡Enhorabuena! ¿Me dejarías ayudarte a cuidar de ella? Prometo que, si tú lo quieres, voy a ofrecerte el mejor de los abonos para que esta plantación produzca los más dulces frutos...
Noé, confiando en Satanás, le permitió que "cuidara de su viña"...
Fue así como el tentador, maquinando su malévolo plan, utilizó la sangre de cuatro animales para abonar la plantación, impregnándola con "la esencia" de aquellas bestias, y condenando a los consumidores del vino a convertirse en estos cuatro animales: Un cordero, un león, un cerdo y un mono...
Satán le explicó a Noé las consecuencias de este abono:
- Cuando el hombre tome la primera copa de vino se volverá dulce y alegre como el cordero. 
Con la segunda copa, será agresivo, presumido, capaz de luchar por nada y creerá alcanzar la victoria sobre cualquier contrincante, como el león, jactándose de su poder. 
Después de la tercera copa, sus actos, como los de un mono, son ridículos, sólo provocará risas y cometerá las payasadas que nunca haría en su sano juicio. 
Pero si toma cuatro o más copas se convertirá en un cerdo repugnante, sucio y bestial, capaz de revolcarse en el barro.

Querido lector, cuando vayas a beber, recuerda esta anécdota, y no olvides que el vino "está abonado" con la sangre de estos cuatro animales...

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