José Mª Rodríguez Olaizola SJ
Ayuna de proclamas hirientes, vacías,
de exigencia y reproches.
Ayuna de caprichos y ocurrencias,
de murmuraciones, de impertinencia.
Ayuna de ruido, de polémicas, de quejas.
Ayuna de evasiones, de ensueños,
de tu propio reflejo en espejos engañosos.
En lo escondido vive el evangelio, que todo renueva.
Entra en el desierto, donde encontrarás la verdad desnuda.
Descubre los signos que del amor hacen destino y escuela:
la mesa de todos, el pan compartido, la toalla ceñida.
Surgirá la cruz en el horizonte,
y una encrucijada: huir o quedarse,
siguiendo las huellas de quien da la vida,
para que la luz disipe las sombras
que ocultan a Dios.
sábado, 8 de marzo de 2025
El ayuno verdadero
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