domingo, 2 de abril de 2017

Tú eres vida para nuestras muertes

Tú también lloras la muerte de un amigo,
también te duelen las dificultades de la vida.
Dices que si tuviéramos fe nada nos sería imposible,
pero la muerte no la podemos entender,
nos sobrepasa, nos separa de los nuestros.
Queremos creer que detrás de toda situación dolorosa hay vida,
que nos encontraremos después, en la casa del Padre,
que somos finitos y, por tanto,
debemos ir separándonos unos de otros
y que Tú nos ayudarás a superar el dolor de la distancia.
Contigo la vida es mucho más llevadera.
Tú cercanía saca lo mejor de unos y otros,
pone en circulación el cariño que nos facilita la vida,
que nos hace poder con lo casi imposible.
Tú, Señor, eres bálsamo para nuestras heridas,
resurrección para nuestras muertes,
salud para nuestras enfermedades,
consuelo para nuestros desamores,
aceptación para nuestros fracasos.
Tú nos enseñas a ser amigos, compañeros,
a humanizar y consolar.
Pon palabras en nuestra boca para compartir alegrías y penas,
para expresar el amor contigo y como Tú.

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