domingo, 18 de febrero de 2018

La tentación


Érase una vez un rey que tenía una hija muy hermosa. Tenía muchos pretendientes, pero la joven quería encontrar el hombre que la amara más que a cualquier otra cosa.
Para encontrar el esposo perfecto, el rey ideó un test que tenían que superar todos sus pretendientes.
El rey mandó publicar un edicto por todo el país anunciando una carrera en la que podrían participar todos los ciudadanos, ricos y pobres, sólo se exigía una condición, que amaran a la princesa más que a nada en el mundo. El que llegara el primero se casaría con la princesa que estaría esperándole en la meta.
El día señalado para la carrera todos los jóvenes del reino acudieron a la línea de salida, todos preparados para recorrer muchos kilómetros.
Antes de comenzar la carrera se hizo el siguiente anuncio: “El rey es muy rico y para que nadie corra en vano ha mandado esparcir a lo largo del recorrido gran parte de sus riquezas: joyas, perlas, bolsas de oro, sables... Cada participante podrá detenerse a coger lo que quiera.
La carrera comenzó e inmediatamente los jóvenes, seducidos por las riquezas, empezaron a llenarse los bolsillos y se olvidaron de la princesa y de su profesión de amor.
Todos menos uno que ignorando todas esas baratijas, sin detenerse, corrió hacia la meta y allí recibió el premio de la carrera, la hija del rey.

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