martes, 22 de mayo de 2018

La rosa y el sapo

Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. …. Hasta que descubrió que a su lado siempre había un sapo grande y oscuro, y ese era el motivo de que nadie se acercaba a verla de cerca.
Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo muy obediente dijo:
- Está bien, si así lo quieres me iré.
Al cabo del tiempo, el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- Vaya se te ve muy mal. ¿Qué te ha pasado?
- Es que desde que te fuiste, -contestó la rosa-, las hormigas me han comido día a día, y nunca he vuelto a estar fresca y hermosa.
El sapo solo contestó:
- Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín. “

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos “sirven” para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. Dios creo con el mismo amor a la rosa que al sapo.

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