martes, 10 de marzo de 2020

Salmo para caminar

                       A partir del Salmo 26

Señor Jesús, eres luz para mi camino,
eres el Salvador que yo espero.
¿Por qué esos miedos ocultos? ¿A quién temo, Señor?
Creo en ti, Señor Jesús.
Tú eres la defensa de mi vida. ¿Quién me hará temblar?
Aunque la mentira y la violencia acampen contra mí,
aunque el dinero y el placer me rodee como un ejército,
mi corazón, Señor Jesús, no tiembla.
Una cosa te pido, Señor, y es lo que busco:
vivir unido a ti, tenerte como amigo
y alegrarme de tu amistad sincera para conmigo.
En la tentación me guarecerás, como el paraguas protege de la lluvia;
en la tentación me esconderás en un rincón de tu tienda,
y así me sentiré seguro como sobre roca firme.
Señor Jesús, escúchame, que te llamo.
Ten piedad. Respóndeme, que busco tu rostro.
Mi corazón me dice que tú me quieres y que estás presente en mí,
que te preocupas de mis problemas como un amigo verdadero.
Busco tu rostro: no me escondas tu rostro.
No me abandones, pues tú eres mi Salvador.
Dame la certeza de saber que,
aunque mi padre y mi madre me abandonaran,
tú siempre estarás fiel a mi lado.
Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana.
Yo espero gozar siempre de tu compañía.
Yo quiero gozar siempre de tu Vida en mi vida.
Espero en ti, Señor Jesús:
dame un corazón valiente y animoso para seguirte.
Tú que eres luz para mi camino y el Salvador en quien yo confío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario