Thomas Merton
“Desata mis manos y libra mi corazón de la pereza.
Líbrame del ocio que se disfraza de actividad
cuando la actividad no se me exige, y de la cobardía
que hace lo que no se le pide para escapar al sacrificio.
Pero dame la fuerza que te espera en el silencio y la paz.
Dame la humildad, sola residencia del descanso,
y líbrame del orgullo, que es la más pesada de las cargas.
Llena mi corazón entero y mi alma de la simplicidad del amor.
Ocupa mi vida entera con el solo pensamiento y el solo deseo del amor,
para que pueda amar, no por el mérito o la perfección,
no por la virtud o la santidad, sino por Dios solo”.
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