jueves, 11 de febrero de 2021

"No voy a volver a la iglesia"

Un joven se acerca al sacerdote y le dice:
- ¡Padre, vengo a decirle que ya no volveré a ir a la iglesia!
Entonces el sacerdote respondió:
- ¿Pero por qué?
El joven respondió:
- ¡Ah! Veo a la hermana que habla mal de otra hermana; el hermano que no lee bien; el grupo de canto que desafina; la gente que durante las misas está mirando sus teléfonos móviles, entre tantas y tantas otras cosas malas que veo hacer en la iglesia.
El sacerdote le dijo:
- ¡OK! Pero primero quiero que me hagas un favor: llena un vaso de agua y da tres vueltas a la iglesia sin derramar una gota de agua en el suelo. Después de eso, puedes dejar la iglesia.
Y el joven pensó: ¡muy fácil! Y dio las tres vueltas que le pidió el sacerdote. Cuando terminó dijo:
- Listo, padre, ya he dado las tres vueltas y no se ha derramado ni una gota de agua.
Y el sacerdote respondió:
- Cuando estabas dando las vueltas, ¿viste a la hermana hablar mal de la otra?
El joven: - No
- ¿Viste a la gente quejarse unos de otros?
El joven: - No
- ¿Viste a alguien mirando el teléfono móvil?
El joven: - No
- ¿Sabes por qué? Estabas pendiente del vaso para no derramar el agua.
Lo mismo sucede en nuestra vida. Cuando nuestro enfoque está en Jesucristo, no tendremos tiempo para ver los errores de las personas.
Quienes dejan la iglesia por la gente, nunca entraron por Jesucristo.

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