viernes, 19 de febrero de 2021

Uno de tantos

                  José Mª Rodríguez Olaizola

Te doy gracias, Señor,
porque soy como los demás,
tan lleno de poder y debilidad,
tan movido por anhelos y sepultado por miedos,
tan dispuesto a lo más divino y a lo más rastrero.
Te doy gracias porque mi corazón late,
unos días con fuego, con pobre rescoldo otras veces;
porque miro en el espejo de dentro
y descubro cicatrices sanadas por ti,
y heridas que aún supuran.
Por los errores, que atemperan la tentación
de erigirme en juez de veredictos ajenos.
Por los aciertos, escuela de posibilidades.
Por la ternura y el amor, que a veces doy y siempre pido.
Por saberme tan de barro y tan de Ti…

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