sábado, 22 de abril de 2023

Llamarte madre, María

Madre, a ti te llamamos
cuando la noche llega a la habitación de nuestra vida.
Te llamamos vida y dulzura, esperanza nuestra.
Te llamamos en nuestra peregrinación cotidiana.
Te llamamos siempre madre, madre de todos los hombres,
acogedora de todos los dramas, ternura de los pasos cansados.
Tú, madre, eres tan sencilla, tan mujer,
tan pobre, tan nuestra, tan “de aquí”.
Madre, enséñame a ser como tú:
presencia y cercanía para los que lloran,
empuje y ánimo para los que lo pasan mal.
Tú que eres tan madre,
dame tus entrañas maternas ante toda la miseria humana.
Tú que viviste en Nazaret, anima mis días grises,
enséñame a querer desde la monotonía de todos los días.
Enséñame, madre, la aventura de seguir a Jesús,
el valor de la entrega y la donación
en las mil y una circunstancias de la vida.

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