jueves, 19 de julio de 2018

Bienaventuranzas del gusto de vivir


Felices los que saben reírse de sí mismos;

porque nunca terminarán de divertirse.
Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra;
porque evitarán muchos inconvenientes.
Felices los que saben descansar y dormir sin buscar excusas;
porque llegarán a ser sabios.
Felices los que saben escuchar y callar;
porque aprenderán cosas nuevas.
Felices los que son suficientemente inteligentes
como para no tomarse en serio:
porque serán apreciados por quienes los rodean.
Felices los que están atentos a las necesidades de los demás
sin sentirse indispensables;
porque serán portadores de alegría.
Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas
y con tranquilidad las cosas grandes;
porque irán lejos en la vida.
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio;
porque su camino estará pleno de sol.
Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar;
porque no se turbarán en lo imprevisible.
Felices los que saben callar y ojalá sonreír cuando se les quita la palabra,
se los contradice o cuando les pisan los pies;
porque el amor comienza a penetrar en su corazón.
Felices los que son capaces de interpretar con benevolencia
las actitudes de los demás;
porque conocen el valor de la caridad.
Felices los que saben reconocer al Señor en todo lo que encuentran;
porque habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría.
Si tienes fe en Dios, asume el compromiso de ser cada día
más amoroso, más bueno, más humilde, más justo,
y podrás cumplir todos los compromisos adquiridos.
Él te apoyará y nunca estarás solo(a).

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