viernes, 25 de enero de 2019

Conversión de san Pablo

Te doy gracias, Señor, porque cuentas conmigo,
a pesar de mi pequeñez y mi pecado.
 Cuentas conmigo y me llamas, como llamaste a Pablo,
un fariseo inteligente, fanático, intransigente,
que quería acabar con los que no pensaban como él.
Gracias a tu cercanía, Pablo se cayó del caballo de sus prejuicios
y descubrió que donde abundó el pecado, sobreabundó tu amor;
que tu grandeza se muestra en nuestra debilidad;
que nos podemos fiar de Ti completamente;
que Tú lo habías elegido para anunciar el Evangelio.
También a mí me has cambiado, Señor. Gracias.
Que sepa acercarme cada día a Ti,
para que puedas acabar la obra que has comenzado en mí
y yo sepa contagiar mejor la luz, la alegría y la esperanza de nacen de la fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario