Paulo Coelho
El
alumno ladrón
Un
discípulo del maestro zen Bankei fue sorprendido robando durante la clase. Todos
los otros pidieron su expulsión, pero Bankei decidió no hacer nada. Días
después, el alumno volvió a robar y el maestro continuó callado. Disconformes,
los otros discípulos exigieron que el ladrón fuera castigado, ya que el mal ejemplo
no podía continuar.
-
¡Cuán sabios sois! -dijo Bankei-. Habéis aprendido a distinguir lo correcto de
lo equivocado, por lo que ya podéis estudiar en cualquier otro lugar. Pero este
pobre hermano no sabe lo que está bien y lo que está mal, y solo me tiene a mí
para enseñárselo.
Los
discípulos nunca más olvidaron la sabiduría y generosidad del maestro Bankei, y
el ladrón nunca más volvió a robar.
Que
valga la pena
El
joven contemplaba el océano en la cubierta de un navío carguero cuando una ola
inesperada lo tiró al mar. Después de mucho esfuerzo, un marinero consiguió rescatarlo
y sacarlo a flote.
-
Le estoy muy agradecido por haberme salvado la vida -dijo el joven.
-
De nada -respondió el marinero-. Pero procure vivirla como algo que ha valido
la pena salvar.
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