sábado, 20 de junio de 2020

Dios es azúcar


Un día la profesora preguntó a los niños, si alguien de la clase sabía explicar quién era Dios.
Uno de los niños levantó la mano y dijo:
- "Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo como hijos de Él.
La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos:
- “¿Cómo sabéis que Dios existe, si nunca lo habéis visto?”...
Todo el salón quedó en silencio... Pedro, un niño muy tímido, levantó sus manos y dijo:
- “Mi mama dice que Dios es como el azúcar en la leche que me hace todas las mañanas; yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero, si no la tuviera no tendría sabor... Dios existe, Él está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida quedaría sin sabor.”
- Muy bien Pedro, dijo la profesora sonriendo, yo os enseño muchas cosas a vosotros, hoy tú me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo sabía. Ahora sé que ¡Dios es nuestro azúcar y que está todos los días endulzando nuestra vida!
Le dio un beso en la frente y salió sorprendida por la respuesta de aquel niño.

La sabiduría no está en el conocimiento, sino en la vivencia de Dios en nuestras vidas.
Teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios, no existe ni en los mejores azúcares.
No olvides colocar azúcar en tu vida. De este azúcar NO hay límites. NO engorda más que el Alma y el espíritu, y te endulza el momento más amargo de tu vida. Tenla siempre a mano, y que nunca te falte esa buena azúcar que es Dios.

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