domingo, 28 de febrero de 2021

El Dios del bosque

Una viuda de una pobre aldea de Bengala no tenía dinero para pagar el autobús de su hijo, pues ella lo había matriculado en un colegio que estaba muy lejos de su casa. El chico tenía que atravesar solo un bosque. Para tranquilizarlo, ella le dijo.
- No tengas miedo del bosque, hijo mío. Pídele a Dios que te acompañe. Él escuchará tu oración.
El muchacho hizo lo que su madre le decía, Dios se le apareció y desde entonces lo acompañaba todos los días a la escuela.
Cuando llegó el día del cumpleaños del profesor, el niño le pidió dinero a su madre para comprar un regalo.
- No tenemos dinero, hijo. Pídele a Dios que te consiga un regalo.
Al día siguiente, el niño le contó su problema a Dios. Este le dio una jarra llena de leche.
Animado, el niño le entregó la jarra al profesor. Pero como los otros regalos eran más bonitos, el maestro no le prestó al suyo la más mínima atención.
- Lleva esta jarra a la cocina le dijo el profesor a un ayudante.
El ayudante hizo lo que se le había ordenado. Al intentar vaciar la jarra, sin embargo, se dio cuenta de que volvía a llenarse sola. Inmediatamente fue a comunicárselo al profesor, quien, confuso, le preguntó al niño.
- ¿Dónde has conseguido esta jarra? ¿Cuál es el truco que la mantiene llena?
- Quien me la dio fue el Dios del bosque.
Todo el mundo se echó a reír, el maestro, los alumnos, el ayudante.
- ¡No hay dioses en el bosque! ¡Eso es superstición! dijo el maestro. Si es verdad que existe, ¡salgamos a verlo!
El grupo entero salió. El niño se puso a llamar a Dios, pero este no aparecía. Desesperado, realizó un último intento.
- Dios que me acompañas en este bosque, mi maestro quiere verte. Por favor, ¡aparece!
En este momento vino del bosque una voz que resonó por todos los rincones.
- ¿Estás seguro de que quiere verme, hijo mío? ¡Si él ni siquiera cree que existo!

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