enséñame a vivir a fondo cada instante,
cada segundo que me es dado.
Haz que aprenda a actuar con serenidad,
a empujar sin precipitación,
a unir paz y valentía, sensatez y decisión.
Y justamente ahora que comienzo,
ayúdame, porque soy débil.
Permanece conmigo cuando trabajo,
llena el vacío de lo que hago,
de mis obras, de manera que lleguen a ser
fruto de tu mismo amor.
Y no permitas que el orgullo me traicione.
Porque todo, absolutamente todo,
Señor, te lo debo a Ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario