Un
día, la piedra dijo: - ¡Soy la más fuerte!
Oyendo
eso, el hierro dijo: - Yo soy más fuerte que tú. ¿Quieres verlo?
Los
dos lucharon hasta que la piedra se convirtió en polvo.
-
¿Ves como yo soy más fuerte?, dijo el hierro
Oyendo
eso, el fuego dijo: - Te equivocas, yo soy más fuerte que tú. ¿Quieres verlo?
El
hierro y el fuego lucharon hasta que el hierro se derritió. El fuego, dijo con
orgullo:
-
Yo soy el más fuerte.
Pero
el agua le escuchó y dijo: - Yo soy más fuerte que tú. ¿Quieres verlo?
Los
dos lucharon hasta que el fuego se apagó. Y el agua, dijo:
-
Yo sí que soy fuerte.
Oyendo
eso, la nube dijo: - Yo soy más fuerte que tú. ¿Quieres verlo?
Y
lucharon hasta que la nube hizo evaporar al agua. La nube, dijo:
-
Yo soy la más fuerte.
Pero
el viento que los vio luchar y oyó el comentario de la nube, dijo: - Yo soy más
fuerte que tú. ¿Quieres verlo?
Entonces
los dos lucharon hasta que el viento sopló y la nube se esfumó. Entonces el viento,
dijo:
-
Yo soy el fuerte.
Pero
los montes le dijeron: - Somos más fuertes que tú. ¿Quieres verlo?
Lucharon
hasta que el viento quedó atrapado entre los montes y éstos dijeron: Somos
fuertes.
En
ese momento apareció un hombre y dijo:
-
Yo soy más fuerte que vosotros. - ¿Queréis verlo?
Entonces
el hombre, haciendo uso de su inteligencia, perforó los montes y liberó al
viento, acabando así con el poder de los montes. Satisfecho el hombre dijo:
-
Yo soy la criatura más fuerte que existe.
Pero
justo en este instante vino la muerte, y el hombre que se creía inteligente y
lo suficientemente fuerte, con apenas un golpe, desapareció.
La
muerte todavía estaba de fiesta por su hazaña, cuando, de pronto, apareció otro
hombre en escena. La muerte también acabó con él, pero a los tres días de su muerte,
resucitó, venciendo de esta manera a la muerte.
Ese
Hombre es JESÚS RESUCITADO, el Hijo de Dios.
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